La REMP, un faro para el patrimonio forestal

Esther

Con el reto que me suponía el cambio a este nuevo trabajo en la coordinación de la REMP,   la Red Estatal de Montes Públicos, empecé a buscar herramientas para afrontar con mayor   seguridad el camino que iniciaba.

­Este fin me llevó hasta un libro muy inspirador que explica cómo mejorar y hacer efectiva la comunicación. Se titula La Isla de los 5 Faros, de Ferrán Ramón-Cortés, y en él va comparando las fórmulas que se necesitan para transmitir con éxito un mensaje con las sensaciones que le inspiran al autor los imponentes faros de Menorca. Mientras lo leía, pensaba que siendo uno de los principales propósitos de la REMP el dar a conocer la figura de los montes públicos y la gestión forestal sostenible que se hace en ellos, la comunicación nos va a suponer sin duda un reto importante en el desarrollo de esta Red, y me pareció acertado aplicar esas cinco pautas a los objetivos de la REMP, convencida del papel de guía y faro que la Red va a ejercer en el reconocimiento del patrimonio natural.

El primero de estos consejos es centrarse en transmitir un único y gran mensaje. Aquí no tengo duda: la REMP nace para poner en valor el principal patrimonio natural del estado, que son sus montes públicos, y generar un tejido de colaboración y conocimiento entre las personas que la integran. Para lograr este objetivo hay que contar, hay que comunicar, hay que divulgar. De una vez por todas el sector forestal tiene que ocupar un espacio en el conocimiento social. Hay mucho mundo fuera del impacto mediático que cada verano suponen los incendios, y explicar los trabajos que se hacen en los montes públicos, poner en valor el trabajo de gestión, dar ese reconocimiento al personal técnico que lo desempeña, incorporar ese debate en la ciudadanía es sin duda un muy buen comienzo. Los montes tienen que ser entendidos como ese espacio multidisciplinar en el que cabe tanto el ocio de un paseo como la corta de madera de un aprovechamiento. 

El segundo, habla de encontrar una forma interesante de que ese mensaje llegue a la gente. A este respecto las herramientas incluidas en las acciones de la REMP, como las jornadas de encuentro, la increíble fuente de datos que supone el Observatorio, los webinars que se irán planteando o esta misma newsletter, servirán como canales efectivos para ello. Además buscaremos historias inspiradoras y personales que muevan emociones y despierten ese interés.

La tercera de las recomendaciones del libro invita a utilizar un lenguaje que conecte, y esto siempre depende de a quién va dirigido el mensaje. En la REMP vamos a buscar un lenguaje compartido, que llegue a los diferentes perfiles con los que nos relacionaremos. Así cuidaremos la sencillez que haga accesible el mensaje a la sociedad, la complicidad técnica para acercarnos a las necesidades y poner en valor las buenas prácticas de los trabajos de las personas gestoras de los montes públicos o la cercanía a la hora de plantear propuestas a las entidades propietarias de estos montes, en su mayoría ayuntamientos más o menos grandes, para que puedan ver la oportunidad de generar riqueza y población a través de la economía circular ligada al uso sostenible de sus recursos. El lenguaje con el que llegamos es fundamental y desde la REMP vamos a propiciar ese entendimiento tan necesario.

El cuarto de los consejos se centra en cómo conseguir que el mensaje transmitido sea el que realmente llega a la gente. Para estar seguros de esto, desde la REMP se va a trabajar estrechamente en la creación conjunta de espacios comunes para que en todo momento podamos testar si nuestros objetivos están siendo efectivos, valorando el impacto social que genera nuestra actividad, evaluando cómo llega el mensaje de la importancia y puesta en valor del patrimonio forestal en la sociedad. Por supuesto recibiendo el feedback de las personas responsables de la gestión, que evaluarán si las propuestas de formación, la elaboración de documentos compartidos y las sugerencias de buenas prácticas les resultan útiles. Y, evidentemente, comprobando las mejoras que la bioeconomía logra en las entidades propietarias. Si los objetivos con los que nace la REMP se van cumpliendo será porque estaremos llegando eficazmente en nuestro mensaje.

Por último, para que la REMP tenga un largo recorrido, debe resultar práctica y útil en su naturaleza, y sus herramientas de trabajo tienen que mover a seducir, no a imponer una forma de funcionamiento. He trabajado para la administración casi toda mi vida profesional como funcionaria del Cabildo de Tenerife y conozco bien las urgencias y los apagafuegos que surgen en la gestión diaria de personal, la tramitación burocrática, las limitaciones presupuestarias o los cambios en cargos políticos. Hay un porcentaje amplio del personal para el que se idea esta Red que se encuadra en ese sector, por eso es muy necesario que la REMP sume, que sea vista como un instrumento de ayuda y apoyo, y no como una injerencia que genera un trabajo extra no demandado. Nuestra apuesta y oferta de desarrollo tiene que ser atractiva para que sea solicitada desde la sociedad y las administraciones gestoras y propietarias. Pero de eso estoy convencida, contagiando el entusiasmo que como equipo puedo asegurar que tenemos, motivaremos a las personas que pueden beneficiarse de las bondades de la REMP para que esta crezca y se mantenga en el tiempo.

A título personal, después de una larga etapa de más de veinte años en las islas afortunadas, afronto este cambio hacia las frías tierras sorianas segura de que la proyección y la enorme capacidad de crear conexiones y compartir el conocimiento forestal que tiene la REMP, rebajarán la diferencia térmica de este camino. Así que desde el equipo de personas que formamos la REMP, nuestra más cálida bienvenida a este proyecto.

Esther Pérez Martín

Coordinadora de la REMP