Escuela de Piñeros. Andalucía
La situación de partida que motivó esta actuación fue la escasez de mano de obra profesional en el aprovechamiento piñero. Históricamente, este ha sido un trabajo mayormente masculino, donde la edad media de la persona piñera ascendía a 60 años, lo que hacía urgente la necesidad de relevo generacional.
La problemática principal radicaba en la dificultad que tenía el personal novicio para adquirir el aprendizaje necesario. En un sector de alta competencia entre empresas, que exige altos rendimientos, era inviable la incorporación de aprendices sin experiencia.
Ante esto, la Administración, a través de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente y la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía (AMAYA), diseñó un mecanismo de acción pública que permitiese la adquisición de estos conocimientos en las condiciones adecuadas. Este proyecto se puso en marcha dentro del programa de gestión integral de los Montes Públicos de Andalucía, buscando incorporar jóvenes al aprovechamiento piñero y contribuir al asentamiento de la juventud en los pueblos.
Esta Buena Práctica (BBPP) constituye una experiencia de formación profesional enfocada en la producción de la piña, un recurso genuino e importante para Andalucía. La singularidad de la acción es la reserva de rodales concretos en los pinares, permitiendo al alumnado la adquisición de experiencia real y práctica en todas las tareas asociadas al oficio, tales como el uso de herramientas, el apeo, la recogida en altura, el acarreo y la pesada. La selección de aprendices prioriza la inexperiencia y la juventud.
La elección de esta acción radica en el compromiso institucional con políticas de construcción de modelos sostenibles y alternativos de desarrollo y la lucha activa contra el despoblamiento rural. Al proporcionar formación gratuita y tutelada en un oficio artesanal, se contribuye directamente a valorizar el monte y a asegurar su conservación a través del uso de un recurso renovable.
El hábitat de actuación es el pinar de piñonero (Pinus pinea), cuyas masas productoras son gestionadas de manera integral. Estos montes públicos, como la agrupación de Las Monteras (9000 hectáreas en Córdoba), son gestionados desde múltiples perspectivas (cinegética, conservación de fauna, aprovechamiento de corcho y aprovechamiento de piña), reservándose zonas donde intencionalmente no se recoge la piña para prácticas de la escuela. La formación aborda la historia, biología y gestión de estas masas productoras, así como la situación actual del sector del piñón en España y Andalucía.
Objetivo Principal:
Crear un mecanismo eficaz, desde la acción pública, que facilite la formación de jóvenes en los oficios de la piña, garantizando la incorporación al aprovechamiento piñero y el necesario relevo generacional ante la dura competencia empresarial que exige altos rendimientos.
Objetivos Secundarios:
- Fomentar el asentamiento de la juventud y ofrecer nuevas oportunidades de empleo y emprendimiento en zonas rurales con tradición piñera.
- Implementar directamente medidas del Plan Estratégico del Sector del Piñón Andaluz.
- Facilitar a las empresas la disposición de personal iniciado y formado, mejorando la gestión forestal.
- Mejorar el conocimiento del recurso del piñón en los entornos productores.
- Contribuir con los procesos de desarrollo territorial.
Galería
Metodología
La puesta en marcha de cada escuela se inicia con la licitación pública del servicio de recolección de piña con personal no cualificado, gestionada por AMAYA. Posteriormente, tras una difusión exhaustiva a ayuntamientos y centros forestales, se selecciona a un grupo de seis aprendices (premiando la inexperiencia y la juventud). El alumnado se beneficia al estar dado de alta en el régimen general de la Seguridad Social y cobrar un salario durante el periodo formativo.
La formación es impartida por un maestro piñero especialista de campo (con más de tres años de experiencia) y cuenta con apoyo técnico en la teoría. Se enseñan formas de recogida (desde el suelo, en altura, y mecanizada). Un módulo fundamental es el de Seguridad y Prevención de Riesgos Laborales (PRL) adaptada a la recolección en altura, incluyendo el uso de herramientas de seguridad como la pinza con autofreno.
Las escuelas constan de un ciclo completo de dos módulos, con una duración total de 320 horas (160 horas por módulo), desarrollándose durante el periodo hábil de recolección, que va del 1 de noviembre hasta mediados de abril. El presupuesto asignado a cada escuela asciende a 36.000 euros anuales.
La financiación es pública, aunque parte del presupuesto se abona "en especie" con la piña extraída. La empresa adjudicataria aporta el personal formador, las herramientas, el transporte y los equipos de seguridad, mientras que AMAYA se encarga del diseño, licitación y seguimiento.
Los condicionantes estacionales definen el plazo de ejecución (el invierno), coincidiendo con la campaña de piña. Los condicionantes sociales y económicos (escasez de mano de obra y la necesidad de altos rendimientos) son la problemática que la escuela busca resolver, ofreciendo una vía de aprendizaje que no carga inicialmente a las empresas.
Este proyecto es considerado puntero e innovador por su enfoque territorial y su compromiso con la sostenibilidad y la lucha contra el despoblamiento. Factores clave de éxito incluyen la reserva de rodales apropiados, el seguimiento próximo de la actuación y la conexión activa con las empresas para la contratación posterior. Además, se promueve la introducción de técnicas avanzadas como el vibrado y el protocolo de trabajo en altura.
Resultados
El proyecto ha logrado resultados tangibles que demuestran su eficacia en la mejora de la gestión forestal sostenible. Se han realizado siete ediciones de la escuela, formando a un total de 46 alumnos y alumnas en provincias como Córdoba, Huelva, Jaén y Cádiz.
La acción garantiza el aprendizaje práctico, cercano y de coste reducido del oficio piñero, especialmente en el apeo de los árboles. El resultado más relevante es la incorporación de jóvenes a los empleos en el medio rural, con muchos de ellos integrándose a las empresas en la campaña siguiente. Es crucial destacar la incorporación de mujeres a la campaña de recolección, trabajo históricamente masculino, quienes han demostrado realizar la labor perfectamente. Las personas participantes han manifestado una ganancia en calidad de vida, percibiendo una mayor libertad y felicidad al poder conciliar el trabajo con sus familias y disfrutar del medio natural.
La validación es excelente y la experiencia ha tenido una alta aceptación por todos los actores involucrados (alumnado, empresas y ayuntamientos). La difusión de la escuela ha servido como un ejemplo de cómo una administración regional puede abordar las problemáticas de pérdida de población en los municipios. Quienes han realizado la formación señalan que esta experiencia les ha "abierto las puertas del campo".
Existe un seguimiento constante de la actuación. El personal de la Agencia Pública (AMAYA) tiene encomendada la función de seguimiento del desarrollo de la escuela. Además, al finalizar el ciclo formativo, el alumnado es valorado mediante una ficha de trabajo donde se registra su grado de avance en conocimientos y destrezas, facilitando su posterior valoración para la inserción laboral en empresas recolectoras. El seguimiento próximo es un factor de éxito que asegura el buen desarrollo y la adecuada inserción de la escuela en la gestión integral del monte.
Datos
| Tipo de entidad |
Autonómica
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|---|---|
| Nombre entidad |
Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
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| Nombre contacto |
Noelia Jiménez López
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| Puesto que desempeña |
Agencia de Medio Ambiente y Aguas de la Junta de Andalucía
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| Teléfono |
683 245189
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noelia.jimenez.lopez@juntadeandalucia.es
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Ultima actualización: 27/10/2025 21:52