La metodología empleada en el proyecto RAÍCES, desarrollado en el valle de Sajambre, en la vertiente leonesa de los Picos de Europa, combina un enfoque participativo, etnográfico y cartográfico, orientado a la recuperación del patrimonio etnotoponímico y de los usos tradicionales del territorio. Esta metodología se distingue por integrar técnicas de investigación cualitativa con herramientas tecnológicas avanzadas, garantizando la recopilación rigurosa y la conservación del conocimiento ancestral.
El primer paso consistió en la preparación cartográfica del territorio. Se elaboraron mapas base a escala 1:5.000, en formato A3, que incluían ortofotos actuales, curvas de nivel y capas catastrales, complementados con un mapa general a escala 1:25.000 en formato A2. Estos mapas sirvieron de soporte para la localización de topónimos y usos, así como para la planificación de las entrevistas con la comunidad.
La fase de recopilación de información se realizó mediante entrevistas colectivas, denominadas filandones, inspiradas en las antiguas sextaferias de León. Durante estas sesiones, los habitantes mayores compartieron sus conocimientos sobre nombres de lugares, prácticas agrícolas, ganaderas y forestales, así como elementos de la organización social tradicional. Cada encuentro fue registrado en video, generando una colección documental de cerca de 250 horas, que constituye un recurso etnográfico de gran valor.
Los datos recogidos se registraron mediante tablas estructuradas, asignando códigos alfanuméricos para cada tipo de información y diferenciando entre puntos, líneas y polígonos, de acuerdo con la naturaleza de los elementos descritos. Esta sistematización permitió garantizar la precisión cartográfica y lingüística, así como la posterior digitalización en un Sistema de Información Geográfica (SIG).
Tras las entrevistas, los mapas en papel fueron escaneados, georreferenciados y digitalizados, creando una base de datos cartográfica integral que facilita la visualización, análisis y explotación de la información. La metodología incluyó también la identificación de las áreas de referencia de cada topónimo, destacando la importancia de representar su extensión en el territorio para comprender las relaciones espaciales y jerárquicas entre nombres.
Finalmente, se registraron los usos tradicionales del territorio, tales como pastos, prados de siega, majadas, rutas ganaderas, cultivos, recolección de plantas medicinales, y otros aprovechamientos forestales y agrícolas. Esta fase se basó en un listado previo que fue completado y validado por los informantes. La metodología RAÍCES, en su conjunto, garantiza la conservación del patrimonio cultural y natural, integrando tradición, participación comunitaria y tecnología de manera innovadora y rigurosa.